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Sin noticias de Vietnam

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El hecho que narrare a continuación no es insólito, tampoco es una iniciación heroica, simplemente es una historia más de un turista occidental sumido por la perplejidad de una vivencia. En Ho Chi Minh, a finales del mes de julio de 2018, un niño afectado por el agente naranja ofreció a un joven español, que se encontraba a las puertas del museo más visitado del país, el museo de la guerra, una antología de relatos cortos del escritor Shintaro Ishiwara.  El turista lo adquirió; al recibirlo, trató de ofrecerle un billete de veinte dongs, pero el crio los rechazó de manera educada y optó por intercambiar unas palabras. Era, nos dice, un chiquillo de aspecto extenuado con una malformación congénita provocada por la dioxina, compuesto químico contenido en los herbicidas y defoliantes utilizados por los norteamericanos durante la guerra.  Sus capacidades físicas se encontraban limitadas, no así las intelectuales, que eran incluso impropias para un niño de su edad. Se manejaba con